Protegida, bajo el cobijo del Cume, al norte de Santu Firme, dominando la vega del río Frade, en el pueblo de Veyo, localizamos la iglesia de San Miguel de Villardeveyo, en un lugar privilegiado donde se disfruta de un ambiente totalmente rural dentro de un paisaje propio de nuestra región.
En la actualidad, externamente, el edificio no destaca por tener una configuración especial o por poseer detalles artísticos de gran interés. Está comprobado que a lo largo de su dilatada vida sufrió diversos avatares y transformaciones, y no parece claro el año de su creación, aunque existen elocuentes reseñas históricas que parecen ubicar su fundación en el siglo IX o X.
En el libro de los Testamentos, en un documento del año 921, se expone que Ordoño II dona a la iglesia de Oviedo una “villam que dicitur Vellio cum ecclesiis Sancti Michaelis”, por lo que parece claro que la iglesia es anterior al citado año y parece confirmar lo expuesto.
Es interesante reflejar el párrafo del escritor e historiador José María Quadrado (siglo XIX) sobre Villardeveyo, pues resume a su manera los años iniciales de la iglesia: “A media distancia entre Oviedo y Gijón la hundida iglesia de Villardeveyo presenta rasgos de aquella arquitectura romano-goda anterior a la bizantina, conservada en Asturias durante los tres siglos primeros de la monarquía de Pelayo.”
A pesar de ser totalmente reconstruida en 1884 y posteriormente modificada, como consecuencia de los efectos de la Guerra Civil, conserva una celosía labrada en piedra caliza blanca de una sola pieza, ubicada en su cabecera, con dos arcos sobre columnillas en la parte inferior y rosetón en su parte superior, de características similares a las existentes en San Miguel de Lillo. Es la pieza histórica más importante de la iglesia de Villardeveyo.
En el momento presente, el edificio consta de dos naves, una rectangular y la cabecera cuadrada, con torre de campanario abierta en el bajo con tres arcos. Adosado a la fachada sur está el pórtico, que se apoya sobre pies de madera.
Al lado de la iglesia, al otro lado de la carretera que une Veyo con Villabona, podemos observar un voluminoso tejo (Taxus baccata), en buen estado de conservación, sin duda un apreciado complemento desde el punto de vista natural, paisajístico y cultural.
A la parroquia de San Miguel de Villardeveyo pertenecen los pueblos y lugares de Alvares, Castiello, La Cigoña, La Miranda, La Peña, Piles, Pontón, Tabladiello, La Vega, Veyo, Villabona y Villar.
En la actualidad, externamente, el edificio no destaca por tener una configuración especial o por poseer detalles artísticos de gran interés. Está comprobado que a lo largo de su dilatada vida sufrió diversos avatares y transformaciones, y no parece claro el año de su creación, aunque existen elocuentes reseñas históricas que parecen ubicar su fundación en el siglo IX o X.
En el libro de los Testamentos, en un documento del año 921, se expone que Ordoño II dona a la iglesia de Oviedo una “villam que dicitur Vellio cum ecclesiis Sancti Michaelis”, por lo que parece claro que la iglesia es anterior al citado año y parece confirmar lo expuesto.
Es interesante reflejar el párrafo del escritor e historiador José María Quadrado (siglo XIX) sobre Villardeveyo, pues resume a su manera los años iniciales de la iglesia: “A media distancia entre Oviedo y Gijón la hundida iglesia de Villardeveyo presenta rasgos de aquella arquitectura romano-goda anterior a la bizantina, conservada en Asturias durante los tres siglos primeros de la monarquía de Pelayo.”
A pesar de ser totalmente reconstruida en 1884 y posteriormente modificada, como consecuencia de los efectos de la Guerra Civil, conserva una celosía labrada en piedra caliza blanca de una sola pieza, ubicada en su cabecera, con dos arcos sobre columnillas en la parte inferior y rosetón en su parte superior, de características similares a las existentes en San Miguel de Lillo. Es la pieza histórica más importante de la iglesia de Villardeveyo.
En el momento presente, el edificio consta de dos naves, una rectangular y la cabecera cuadrada, con torre de campanario abierta en el bajo con tres arcos. Adosado a la fachada sur está el pórtico, que se apoya sobre pies de madera.
Al lado de la iglesia, al otro lado de la carretera que une Veyo con Villabona, podemos observar un voluminoso tejo (Taxus baccata), en buen estado de conservación, sin duda un apreciado complemento desde el punto de vista natural, paisajístico y cultural.
A la parroquia de San Miguel de Villardeveyo pertenecen los pueblos y lugares de Alvares, Castiello, La Cigoña, La Miranda, La Peña, Piles, Pontón, Tabladiello, La Vega, Veyo, Villabona y Villar.
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