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lunes, 6 de octubre de 2014

Piles, un pueblo deshabitado



   Decidí dejar el coche en el pequeño aparcamiento enfrente de la histórica iglesia de Villardeveyo, al lado del voluminoso y bien conservado texu, para realizar esta propuesta de visitar el deshabitado pueblo de Piles, quizás porque la parroquia podría haber sido uno de los puntos de referencia de este atípico pueblo de Llanera.



   Es el mismo lugar que había sido señalado en otra sugerencia de Caleyando por Llanera para el recorrido circular que lleva por título “Por la sombra del Cume”, y es que desde aquí podemos contemplar un paisaje sugerente, con gran variedad de colores y mucha vegetación. Una famosa y popular frase dice que “la mitad de la belleza depende del paisaje y la otra mitad de la persona que lo mira”.


   Si la mañana es serena y apacible resulta atractivo ascender por la estrecha carretera que sale de Veyo bordeando el Cume, cruzar las casas de El Campón y saludar a la amable gente de Casa Pachón, ……para poco después llegar al pueblo de Piles, ahora deshabitado. 



   Un colectivo de Vecinos de Villardeveyo suele organizar periódicamente una caminata por distintas localidades de la parroquia, visitando en ocasiones el pequeño pueblo de Piles, ahora propiedad de COGERSA y donde ya no vive nadie. Con este pequeño recorrido los Amigos y Vecinos pretenden disfrutar de un entorno agradable, “recordar tiempos pasados, …y su propia infancia”, y no deja de ser una demostración de cariño hacia una parte de tu comunidad que ha dejado de existir y que lamentablemente es historia.



   Hay muchos que todavía se acuerdan de Manolo, Ramón, Aurora y Balbino, los últimos vecinos que vivieron en Piles, ……y de Bautista, de  casa Perín, ……y de Elvira que marchó a vivir a Posada, …… Estoy seguro que en la cabeza de algunas personas de los pueblos circundantes aparecerán otros nombres y se acordarán de anécdotas, episodios y muchos detalles de la propia vida de este pequeño pueblo. Curiosamente, en la Revista La Piedriquina - lapiedriquina.blogspot.com.es, se puede disfrutar con el emotivo testimonio de José Lorenzo Rodríguez, "el primero de nueve hermanos de una familia vaquera por tradición, desde los tiempos más remotos" y que nació en casa Perín en 1911, ..........."hacíamos la trashumancia a Torrestío todas las primaveras para regresar en el otoño, ........ En la casa de Piles siempre se quedaba alguien......"



   Se dice que los pueblos abandonados suelen estar deshabitados pero no todos los pueblos deshabitados están abandonados, …… hoy todavía los hijos y familiares de aquellos mantienen con su aliento y sus huertos la vida en este bonito rincón de Llanera. 



   Cuentan que hubo un proyecto para convertir este diminuto pueblo en un Museo o algo similar, la idea suena bien y resultaría interesante, pero las circunstancias parece que no son favorables, solo nos queda insistir, tener paciencia y esperar.


   Siguiendo el mapa de ruta, el regreso desde Piles se hace por la misma carretera hasta llegar a Casa Pachón, y desde allí descender por Albares hasta las bonitas, cuidadas y soleadas casas de La Cigoña, después de atravesar un pequeño bosque de eucaliptos por un estrecho y sinuoso camino.


   La carretera nos lleva ahora por debajo de la vía del ferrocarril a través de un estrecho puente, estamos llegando a la parte baja del valle, se termina el descenso, nos ubicamos en La Vega.
   Tocamos la AS-325 pero nos desviamos a la derecha, evitando la carretera, y así cruzar por el camino entre las casas de este diseminado pueblo de La Vega. Estamos en Villabona. Al principio perduran las caserías y el ambiente rural, de nuevo encontramos la AS-325 a la altura del restaurante.


   Ahora ascendemos por la acera hasta llegar al núcleo de Villabona, a la derecha dejamos atrás el campo de futbol, poco a poco descubrimos viviendas y otros elementos de un pasado reciente donde la minería y el ferrocarril eran los protagonistas de este acogedor valle.


   Cruzamos el barrio de la Rotella, pasando al lado del Consultorio médico y la Capilla de San Antolín y resulta casi obligado hacer una pequeña parada en el antiguo lavadero, hoy convertido en Fuente con una excelente agua para beber.


   Solamente nos queda ascender por la empinada carretera, que de nuevo cruza la vía del ferrocarril aunque en esta ocasión por encima, para después de pasar al lado de Casa Xuaco, cerca de las casas de La Peña y llegar a la iglesia de Villardeveyo, punto de partida de este interesante recorrido, caleyando por Llanera.







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