Como ya ha quedado expuesto, el concejo de
Llanera permite muchas posibilidades para entrar en contacto y disfrutar de un
entorno totalmente natural. En esta ocasión la propuesta se ubica en la zona
occidental del municipio, compartiendo tierras, zonas y espacio con los
concejos de Illas y Las Regueras. Se trata de las Sierras de las Reigadas y
Faidiello, y un poco más abajo, la
Sierra del Beyu.
El itinerario, a través de amplios caminos o
pistas, te ofrece numerosas opciones y la posibilidad de introducirte en el
microclima que el propio bosque genera. Es una inmersión real en un espacio con
la Naturaleza
como protagonista, donde predominan los pinos, alternando con algunos
eucaliptos, castaños y otros caducifolios.
Aunque es una ruta ascendente, su dificultad
es medio-baja, con una duración aproximada de 3 a 4 horas, dependiendo de la
marcha y las posibles paradas para contemplar los elementos del bosque o las
numerosas vistas panorámicas. El encanto de la subida atrae a trekkinianos y
aficionados al mountain bike, así que durante los fines de semana es fácil
encontrar compañía en algún tramo del recorrido.
Mi propuesta es ascender al Picu del Cuervu
por Villayo y descender por Premió, en un itinerario circular, pues la subida
es más atractiva y con menos pendiente, pero lógicamente se puede invertir o
dejar el coche en otro lado.
En Asturias podemos encontrar, en diferentes
lugares, una amplia variedad de pinos. En este sentido es preciso recordar que
estos árboles no son especies autóctonas, es decir han sido introducidas y
plantadas por el hombre. Si en un pinar de grandes dimensiones se produce un
incendio total o una tala masiva, la recuperación de ese paisaje sólo será
posible con la ayuda humana.
El género Pinus es uno de los más
ampliamente distribuidos del planeta. Dentro de este, el pino de Monterrey o
pino insigne (pinus radiata) y el pino marítimo o pino gallego (pinus pinaster)
son dos de las especies más abundantes, sobre todo por su creciente uso en la
repoblación forestal.
En la subida desde Villayo hasta el Picu’l
Cuervu podremos disfrutar de la compañía de una gran cantidad y variedad de
árboles, predominando el pino radiata o de Monterrey, una especie arbórea
originaria del suroeste de los Estados Unidos, principalmente California. En la
península ibérica es la conífera exótica más empleada en plantaciones
forestales, siendo uno de los elementos paisajísticos más comunes en nuestra
región.
El pino radiata se distingue fácilmente
porque sus acículas (hojas de los pinos) se distribuyen de tres en tres y son
poco consistentes. Podemos comprobar esta característica aprovechando la gran
cantidad de acículas que encontraremos en el suelo.
En el descenso, en las proximidades de
Premió, localizamos una pequeña masa forestal de pinos gallegos o marítimos. Se
distinguen muy bien de los anteriores pues sus acículas son mayores, rígidas y
agrupadas en fascículos de dos en dos. Aunque es muy usada en repoblaciones,
dicen que es el pino que ocupa de forma natural o autóctona mayor superficie en
la península.
Durante algunos momentos, no muchos, la masa
forestal nos permite disfrutar de panorámicas del valle con amplias praderías,
y donde podemos identificar algunos pueblos como Villayo, Santa Cruz, Fanes,
Anduerga y el Picu´l Aguila, entre otros. En realidad estamos en la parte más
alta o con mayor altitud del municipio, una zona poco poblada, con mucho monte,
habitat disperso, y que mantiene el perfil general del concejo, con buenos
pastos y abundante ganadería.
Al llegar al picu El Cuervu, con 543 m de altitud es el punto
más alto de este itinerario, podemos detenernos para divisar y contemplar unas
estupendas vistas de un entorno de sierra o monte bajo característico de la
zona central de nuestra región, con los dos Gorfolís, Avilés y la zona costera,
la casería de Rozaflor en las proximidades, los aerogeneradores del Cerro del
Llinal, …………. estamos en el lugar donde se juntan los concejos de Illas, Las
Regueras y Llanera.
El descenso lo hacemos desde el mismo cordal
del Cuervo a través de un sendero que localizamos en dirección sur en la zona
abierta del alto, tal como se señala en una de las fotografías.
Antes de llegar a la Cruz del Muertu, en pleno
descenso hacia las primeras casas de Premió, encontramos una amplia zona de
mimosas (Acacia dealbata) compartiendo la zona con la acacia negra (Acacia
melanoxylon), dos especies invasoras bastante conocidas de rápido desarrollo.
Cada vez es más frecuente y
más polémico el debate sobre la invasión
de especies exóticas o invasoras que, bien por sus propios
medios o con la ayuda de terceros, están ocupando ecosistemas en los que
hasta hace poco eran desconocidas. Podría parecer que se trata de un tema
meramente romántico, nostálgico, cultural o incluso ideológico, pero no
deberíamos omitir que alcanzar un equilibrio ecológico, que en muchos
casos se está rompiendo por esta causa, ha costado muchos milenios de
evolución y ha permitido la supervivencia de ecosistemas altamente
complejos también a lo largo de los siglos.
La
mimosa, de origen australiano y nativa también de Tasmania, se encuentra
introducida en multitud de países del mundo. Es un árbol perennifolio, de buen
porte y copa ancha, que en Asturias puede llegar a medir los 10-15 metros de altura. Sus inflorescencias se disponen en largos racimos
con flores amarillas que desprenden un agradable olor.
La mimosa es una planta poco exigente, ruda, que tolera bien diferentes tipos de suelos y temperaturas. Tiene la capacidad de rebrotar tras los incendios lo que sin duda es una buena característica para su poder invasivo, ya que tiene una velocidad de crecimiento muy elevada. Las semillas pueden permanecer en estado de latencia en el suelo durante mucho tiempo, germinando tras los incendios gracias al poder estimulador de las altas temperaturas.
La mimosa es una planta poco exigente, ruda, que tolera bien diferentes tipos de suelos y temperaturas. Tiene la capacidad de rebrotar tras los incendios lo que sin duda es una buena característica para su poder invasivo, ya que tiene una velocidad de crecimiento muy elevada. Las semillas pueden permanecer en estado de latencia en el suelo durante mucho tiempo, germinando tras los incendios gracias al poder estimulador de las altas temperaturas.
Junto a la mimosa, conviviendo con ella y
con los eucaliptos, podemos encontrar en esta misma zona, a veces en pleno
bosque se confunden, a otra especie invasora, la acacia negra, originaria
también de los bosques húmedos de Australia y Tasmania.
Esta acacia se ha introducido en Asturias como
ornamental o forestal para asentar suelos, por ejemplo dunas, pero se adapta
con mucha facilidad y muestra un comportamiento invasor especialmente tras los
incendios, siendo una especie muy peligrosa para los ecosistemas naturales,
compitiendo con las especies autóctonas. Las acacias, al tener raíces
superficiales, suelen desecar mucho la tierra lo mismo que los eucaliptos.
Desde lo alto del Picu el Cuervu
encontraremos dos cruces de caminos, en el primero debemos girar a la derecha,
y en el segundo, conocido con el nombre de la Cruz del Muertu, y donde existe un laberinto de
caminos, debemos poner un poco de atención para no equivocarnos. Nuestra opción
es seguir de frente hasta llegar a la zona de pradería y continuar por la pista
de la izquierda. Desde aquí, todo es más
abierto y a través de un ancho camino, abandonamos la zona de sierra y monte.
Después de pasar al lado de las casas de la Sienra , casa El Campu y
llegar a Premió, el itinerario circular se cierra a través de caminos
asfaltados, pasando cerca de Golmaire y la Tejera. Una pequeña señal nos
indica Cantuco la Sierra ,
donde todavía se conserva un antiguo horno, ya en desuso, de la desaparecida
cerámica de Villayo.
Abajo, desde el valle, podemos contemplar
las Sierras de la ruta, y la inevitable presencia de los “dos Gorfolis”.
En mi opinión hay que velar por la
conservación de los ecosistemas y las especies autóctonas, trabajando
prioritariamente por la recuperación y el mantenimiento de los hábitats
tradicionales y evitando la introducción irresponsable de ejemplares alóctonos
e invasores.
Cuando un ecosistema goza de buena salud y
se conserva la pirámide trófica completa es más difícil que una especie
invasora medre y expulse a la que hasta entonces ocupaba ese determinado
espacio.
Por otra parte no se puede impedir la
explotación económica de otras especies por parte del hombre aunque siempre con
prudencia y sentido común, reservando espacios suficientes para evitar
situaciones irreversibles, preservar la biodiversidad, defender el territorio o
conservar los paisajes naturales.
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