En esta ocasión la propuesta consiste en llegar desde Llanera hasta el concejo de Candamo a través de las Sierras o del monte, utilizando sendas forestales y ganaderas. Es como una especie de demanda para reivindicar la conservación de los viejos caminos y senderos rurales que poco a poco se van perdiendo, unas veces tapiados y otras tupidos por tojos, zarzas y matorrales.
Actualmente este itinerario o camino que se insinúa es bastante utilizado por senderistas, ciclistas y aficionados al ´trail running` o corredores a través de caminos o caleyes que atraviesan lugares agrestes o de montaña.
Desde el inicio de la pandemia el número de caminantes o simpatizantes a los recorridos rurales se ha incrementado, una estupenda idea y un motivo más para mejorar y habilitar tramos incómodos, impracticables o totalmente desaparecidos.
La ruta se inicia en Villayo, un pequeño y encantador pueblo de Llanera, y a través de una cómoda pista ascendente bordeamos el Gorfolí, nos acercamos al Campu La Liebre y Picu Friera, y atravesando una parte de la Sierra de Faidiello llegamos a La Reigada, una aldea de la parroquia de Ventosa, en el valle de Candamo.
Desde el momento de iniciar el recorrido, podremos observar que los árboles más frecuentes y abundantes en esta zona son los pinos, y en algunos tramos los eucaliptos. La frondosa o abundante vegetación suele producir un agradable y acogedor ambiente protector a la hora de caminar.
En nuestra región, además de los bosques naturales constituidos por árboles caducifolios, desde principios del siglo XX se han plantado tanto pinos como eucaliptos, introducidos como repoblación forestal en zonas arrasadas por talas incontroladas y devastadoras. Poco a poco se fueron generando abundantes eucaliptales y pinares, a veces mezclados.
Son especies que tienen un crecimiento más rápido que los autóctonos por lo que resultan más rentables. Con la ventaja de que se han adaptado muy bien al clima lluvioso y húmedo del norte de España.
El camino curvea en algunos tramos favoreciendo la subida, la pista se mantiene ancha, y tapizada con abundantes acículas. Las hojas o acículas del pino son muy resistentes por lo que resulta habitual la formación de este singular suelo alfombrado.
Este trecho a través de la Sierra de Faidiello culmina entre el Picu el Cuervu a la izquierda y el Picu Miliquitanes a la derecha. El bosque finalmente se abre y abandonamos el pinar, aparecen amplias y confortables vistas de pueblos y praderías que corresponden al concejo de Illas, al fondo también divisamos Avilés. Desde Villayo, con un ritmo tranquilo y algunas paradas, una hora y media.
El propio sendero nos facilita abalconadas atalayas o miradores naturales que nos permiten observar el Picu Friera, el lugar más alto de esta zona, también llamado Pedregalón o Gorfolí; las cercanas casas y hórreos de Rozaflor, La Peral de Illas, …….. incluso divisamos el mar a lo lejos.
Resulta agradable caminar por las zonas altas de las Sierras, contemplando valles, aldeas, casas, detalles paisajísticos, …… No hay pérdida posible, la senda nos conduce con pequeñas subidas y bajadas entre el Pico La Cotera y el de la Rebollona hasta llegar a La Reigada.
Seguimos en una zona alta, y aunque La Reigada comparte los concejos de Illas y Cándamo, desde aquí tenemos una amplia y elocuente panorámica del Valle de Cándamo, incluyendo la parroquia de Ventosa. Hemos conseguido nuestro objetivo.
Para el regreso utilizamos el mismo camino, y como suele suceder en otras ocasiones, lo más lógico será descubrir nuevos detalles en la espontánea exploración de este encantador entorno natural. Un privilegio poder alcanzar y visitar estos fantásticos lugares.
De nuevo entramos en el bosque de pinos y eucaliptos, ahora en descenso hasta Villayo. El eucalipto es un árbol de hoja perenne y rápido crecimiento si lo comparamos con otras especies, además vuelve a brotar de nuevo sobre el tronco cortado, puede alcanzar gran altura.
Bonita ruta, gracias por compartir
ResponderEliminarMuchas gracias a ti por tus agradables palabras. Un saludo
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