Desde el coche, cuando descendemos el Alto de la Miranda en dirección Avilés, divisamos una capilla solitaria que nos llama la atención, se trata de la Ermita de los Santos Justo y Pastor, en el concejo de Corvera.
Todo sea por admirar este peculiar y atractivo paisaje de carácter rural, acompañado de algunas típicas construcciones, en un ambiente agrícola y ganadero, me dispuse a realizar el recorrido que se dibuja en el mapa con el fin de conocer in situ esta Ermita.
En esta ocasión ha sido la aldea de Ferroñes el lugar elegido para iniciar y cerrar la ruta, dejando el vehículo al lado del bar Casa Luis, donde hay muy buena mano para la cocina y se preparan los callos, entre otras cosas, de manera especial. Es preciso reservar mesa con antelación pues tiene mucha aceptación.
La parroquia de Ferroñes está ubicada en el extremo norte del concejo formando límite con la parroquia corverana de Solís, a la cual pertenece la Ermita de Justo y Pastor.
Desde el inicio caminamos por una estrecha carretera asfaltada en descenso hasta desviarnos a la izquierda hacia Calabaza. Sin apenas vehículos que nos puedan molestar el paseo es ameno y entretenido.
En realidad bordeamos el cerro o monte de San Justo hasta llegar a la desviación que nos conducirá hasta la parte alta, donde se encuentra la Capilla. Un panel informativo nos explica la historia y características del edificio, así como algunos detalles del paisaje circundante.
Se trata de una reducida Ermita con una sola nave, posee pequeña espadaña y un pórtico cerrado. Existen documentos del siglo XVII que hacen referencia a ella, siendo restaurada más tarde en el año 1746.
La construcción inicial ha sido bastante modificada con el paso del tiempo, siendo derribada y edificada en más de una ocasión, la última en 1978 según consta en una inscripción existente. La ermita actual es bastante reducida en comparación con la fábrica primitiva.
Durante el primer fin de semana de septiembre se celebran las fiestas en honor a San Justo y Pastor. El domingo, decenas de romeros, engalanados con trajes típicos y los tradicionales pañuelos rojos y grises, recorren en procesión la distancia existente entre la iglesia de Santa María de Solís hasta la Ermita de San Justo y Pastor. Con la habitual subasta del pan de escanda al finalizar la misa.
Hay quien opina que antiguamente el Camino de Santiago podría haber pasado por senderos próximos a la Ermita desde el pueblo de Ferroñes en su peregrinación hacia Avilés, ya que desde aquí hasta hace pocos años existía el conocido Camín de Oviedo que cruzaba a través del monte de Ferroñes o Forcón hasta Abarrio, y posteriormente Posada. Lo cual justificaría la especial ubicación de la Ermita.
Después de la visita, dedicando un tiempo para disfrutar con las vistas desde la Capilla en lo alto del monte, descendemos por la misma senda, pero ahora al final giramos a la izquierda para seguir bordeando el cerro, pasando al lado de las casas de El Casal y Santa Mariña.
Después de cruzar por encima del puente sobre la vía del tren, atravesamos las elegantes casas de El Pontón, y posteriormente las Casas de la Mata y Tárañu, pasando al lado de la espaciosa nave ganadera de Pachón. Tras una pequeña subida llegamos al cruce donde encontramos el indicador de Ferroñes.
En el último tramo de este recorrido circular, dejamos a la izquierda la desviación de El Rebollal y a la derecha la que sube hasta Noval, nosotros seguimos de frente pasando por las casas de El Fondón y cruzando el arroyo Espina, para alcanzar de nuevo nuestra meta de Ferroñes.
Es un placer haber hecho este pequeño itinerario, de unos 10 km de camino, transitando por estos atractivos y abiertos lugares del centro de la región, sembrado de pequeñas casas, hórreos y paneras, muestras de nuestra cultura y nuestro pasado más reciente.
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