Los Gorfolí y la Sierra del Águila

   Posiblemente sea un tanto fantasioso hablar de “cumbres” en el concejo de Llanera, ya que el terreno es casi totalmente llano y la mayor parte del suelo no sobrepasa los 200 metros de altitud sobre el nivel del mar, pero quizás por este motivo resulta interesante resaltar y reconocer los puntos altos o elevaciones de la zona.

   Subir a las montañas, colinas o lugares con cierta altitud despierta siempre una agradable sensación, muchas veces difíciles de describir. No hace mucho leía una expresión que resume en parte este sentimiento:

“Vive tu vida como si subieras una montaña. De vez en cuando mira la cumbre, pero no te olvides de admirar las cosas bellas del camino. Sube despacio, firme, y disfruta cada momento. Las vistas desde la cima serán el regalo perfecto tras el viaje.”

   La zona más alta y accidentada del concejo la podemos encontrar, sin duda, al noroeste, con la sierra de Faidiello que enlaza con la sierra de Bufarán, que comparte con los concejos de Illas, Las Regueras y Candamo. Aquí precisamente se encuentra el picu Friera o alto del Pedregalón, con 623 m, la “cumbre” más alta de Llanera y de Illas, ya que según los mapas cartográficos de esta zona sirve de límite entre ambos concejos. 

   Hay quien afirma que esta elevación es el Gorfolí o el “picu de les antenes”, pero según parece el auténtico Picu Gorfolí es la pequeña montaña, de forma cónica o piramidal, muy próxima a la anterior, con 586 m de altitud, dentro de Llanera. Entre ambas elevaciones existe una amplia senda que bordea el Campu la Liebre, para satisfacción de los amantes al senderismo y la naturaleza.

   En un día despejado las vistas panorámicas desde estas alturas son todo un espectáculo. Es necesario recordar ese mensaje que dice: “No es más quien más alto llega, sino aquel que después de contemplar lo que ve, más intensamente siente”.

   Para acceder al Gorfolí tenemos varias opciones. Desde el concejo de Illas el sendero se coge en Taborneda; y desde Llanera podemos partir de Barredo, por el camino que pasa al lado de la fuente-lavadero,  ascender también desde Cenizal o tomar la pista que sale de Villayo. La subida desde cualquier punto que se elija merece la pena, “atesoran todos los ángulos desde los que se pueden contemplar amaneceres que acercan las lejanías y despejan las sombras que acompañan sus silenciosas soledades, hechas de vueltas y revueltas por las que caminaron sus moradores”.

   Desde lo alto del Picu Gorfolí se puede contemplar la Sierra del Águila, la segunda “cumbre” de Llanera, con dos elevaciones destacadas, el Picu Fresnu o Peña Menende, de 482 m, con vértice geodésico del Instituto Geográfico Nacional, y el Picu del Águila, de 476 m.

   En Bonielles podemos coger una estrecha carretera ascendente, con una gran pendiente, hasta llegar a encontrar la que viene de Areñes a través de la Sierra del mismo nombre. Donde se juntan, a la izquierda, hay un camino con suelo de hormigón que en subida te lleva hasta un depósito de agua. Desde aquí tienes unas buenas vistas, pero hay que llegar a lo alto del Picu Fresnu.

   Las prisas no son buenas para nada, y menos en estos lugares. Si queremos localizar el vértice geodésico, al lado de unas antenas, debemos tener paciencia, pues la zona está llena de árgomas o cotollas, y debemos bordear un poco hasta encontrar el sendero que te lleva a la cumbre. El camino directo de acceso está tapado.

   En cierta ocasión, en La Voz, cerca de Santa Cruz, me habían comentado que acceder a la parte alta de la Sierra del Águila era un tanto complicado, pues la mayoría de caminos y senderos se habían perdido. Aunque existe la expresión de que “todos los caminos se corresponden, en una red interminable de líneas visibles e invisibles, pero solamente perceptibles en el cuerpo de quien las transita”, en ocasiones resulta imposible localizar esas líneas.

   Recorrer esta zona no es fácil, pero son momentos que hacen del tiempo experiencia, inmersión, acercamiento, conocimiento de los senderos aptos, los restos de bosques frescos, los terrenos inaccesibles. La milenaria cultura agrícola y ganadera de nuestro concejo aún concede tierras de potencial ilimitado, pero no ha sido capaz de mantener este mismo potencial en otras zonas en desuso y totalmente abandonadas.

   El tojo, también conocido como toxo, cotoya, rebolla, árgoma (Ulex europaeus), …., es un arbusto cuajado de infinitas espinas muy punzantes, capaz de rebasar dos metros de altura. Aislado o dueño de amplias extensiones, florece de forma espectacular, desde muy joven; y es, sin lugar a dudas, la planta más abundante, no solo de la Sierra del Águila sino también del resto de las cumbres de Llanera.

   Existe una variedad del tojo con un porte más pequeño, y espinas más cortas, aunque igualmente punzantes, pero más abundante, conocido en algunos lugares con el nombre de “inabio” (Ulex cantabricus o Ulex gallii), con numerosas flores de color amarillo vivo o ligeramente anaranjado.

   Sirve de refugio a muchos animales y son plantas protectoras del suelo pues colonizan muy rápido, evitando la erosión de lugares soleados y deforestados.

   Llegar al punto más elevado del Picu del Águila resulta doloroso, la espesura del tojal te llenará de pinchos por todas partes, pero si lo consigues no encontrarás el típico vértice geodésico de algunas cumbres sino un pequeño y joven abedul (Betula pubescens), que sin duda crecerá hasta alcanzar su inconfundible corteza gris perla o blanquecina brillante propia de los ejemplares de más edad; además de un curioso y elaborado laberinto de senderos, pasillos o galerías, que se distribuye por toda la parte baja de las citadas plantas, y construido por los animales que se refugian en esta zona, especialmente jabalíes.

   Para acceder a la parte alta de la Sierra del Águila podemos utilizar un camino que saliendo de Vendón, cruza el cordal y en descenso te deja en Anduerga. Es la única senda recomendable, con buen piso, abierta y amplia, rodeada de eucaliptos y algún que otro castaño, roble o abedul. Al llegar a la “collada” nos detenemos para observar un pequeño circuito de motocross.

   Además de restos y huellas de caballos y ganado vacuno, es fácil localizar pisadas de corzos y jabalíes, sin duda frecuentes en esta zona. Una vez ubicados en la parte alta de la Sierra del Águila podemos movernos de Este a Oeste y contemplar desde algún claro el Gorfolí, Fanes, Barredo o Villayo, entre otros pequeños pueblos o lugares de la zona; aunque los senderos y caminos están en algunos tramos casi tapados. Estamos en una zona de repoblación forestal y a veces podemos encontrar pistas que fueron utilizadas para extraer madera, pero los helechos, zarzas y cotoyas crecen con mucha intensidad de un año para otro.