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martes, 5 de noviembre de 2013

Ruta por Arlós: Lavares, Cenizal, Barredo, .....



   Saliendo de Lavares, antes de llegar a la fuente del Carbayedo en La Rebollada, recientemente restaurada, giré la vista a la izquierda y detuve la marcha para contemplar a lo lejos la iglesia de Santiago de Arlós.



   Allí había dejado mi coche, a la sombra de un plátano de sombra (Platanus hispanica) que junto con el conocido tejo o texu, algunos fresnos, un arce, un tilo de hoja grande, un viejo espino albar y varias falsas acacias componen el entorno de una de las joyas más representativas del románico rural asturiano. Su privilegiado y estratégico emplazamiento realza su silueta y hace fácil su localización desde muchos lugares de la parroquia de Arlós.



   En Lavares o LLavares, como en la mayoría de los pequeños pueblos o aldeas del Concejo de Llanera, se alternan las viviendas de uso temporal, construidas, reparadas y cuidadas por sus dueños para disfrutar del sosiego y tranquilidad del entorno rural, con las caserías o casas donde la actividad principal es el trabajo ganadero y agrícola, con pequeños huertos.


   En toda la región asturiana se conoce la tradición, el prestigio y la vocación ganadera de la zona de Arlós y alrededores. Esta es tierra de buenos pastos, con agradable temperatura, abrigada y protegida de los fríos vientos del norte por las Sierras de Bufarán y Faidiello, los Gorfolís y el Campu la Liebre.


   La idea era preparar un recorrido por esta zona noroeste del Concejo de Llanera, compartiendo en algunos casos terrenos con los de Corvera e Illas, donde todavía perduran buenos ejemplares de arquitectura tradicional, con hórreos, paneras y casonas que conservan esos elementos históricos que tanto nos agradan, fruto del trabajo y del tesón de las gentes que viven en la zona rural, y sus antepasados.



   La verdad es que día a día se van perdiendo muchos antiguos caminos que hace unos años unían pueblos y lugares. Cada vez es más complicado diseñar en el mapa una ruta utilizando solamente senderos, caminos y caleyes, evitando carreteras por la peligrosidad que en muchos casos conlleva.


   Dejamos atrás Llavares y La Rebollada y antes de llegar a las casas y Monte de Aguilero o Güileru, giramos a la izquierda por un camino asfaltado hasta llegar a la carretera. Desde el cruce podemos divisar, en la ladera de Cenizal, el Palacio de la Mota, hoy convertido en una casería ganadera. Es una construcción del siglo XVII, con panera y capilla moderna, levantada sobre la antigua, con un aceptable estado de conservación. 


   El edificio consta de tres pisos y el sillar visto en las esquinas resalta y engrandece su carácter rural. La fachada principal, con un amplio portal y galería, y la fachada sur son las más representativas y bonitas de esta casona rural. En la parte superior, cerca de la esquina, está el escudo con las armas de la familia Valdés Quirós, en otra época dueña de muchas propiedades de la zona y del concejo.


   Un pronunciado descenso, pasando al lado de las casas de Vixil, nos conduce hasta la AS 233, conocida por esta zona como la carretera de Trubia. Por ella debemos caminar algo más de un kilómetro hacia la derecha hasta encontrar la indicación a La Peluca, a la izquierda. Casi en la misma desviación un camino ascendente nos permite olvidarnos de los peligros de la carretera y, después de un corto trayecto, contemplar una finca vallada con una amplia extensión de viñedos, se trata del paraje conocido con el nombre de La Serruca.



   Aunque el sendero es ascendente no se tarda mucho en alcanzar las casas de La Llomba, en la misma ladera que el pueblo de Cenizal. Poco antes de Ca el Sastre, con su cuidada panera de color azul, sale un camino desde el cual podemos iniciar la ascensión hasta el Campu la Liebre y el conocido Gorfolí, pero hoy no es el día. Un recuerdo especial a Antonina por su amabilidad y simpatía.



   Mi idea era encontrar un sendero, atravesando el monte, desde las Casas de la Solana, que representan la parte más alta del pueblo de Cenizal, hasta alcanzar La Mirandiella. Los propios lugareños me confirmaron que hace unos años era posible, incluso frecuente, llevando ganado de unos lugares a otros, pero ahora es muy complicado. Esta situación se repite con frecuencia. Muchas sendas y caminos rurales poco a poco van desapareciendo, tapiados y tupidos por tojos y zarzas, y el propio monte se apodera de ellos. Con el declive, por una parte, y la concentración ganadera por otra, estos caminos perdieron su función y prácticamente desaparecieron bajo la vegetación.



   El descenso desde la parte alta de Cenizal hasta la carretera AS 233 está lleno de contrastes, las casas están dispersas, no forman un núcleo, algunas se ven muy cuidadas sin embargo otras están bastante deterioradas.



   Además de disfrutar del entorno natural, resulta agradable charlar con los vecinos de la zona, siempre atentos y dispuestos a explicarte cualquier duda o lugar. Siguiendo sus indicaciones, una vez llegamos, otra vez, a la AS 233 en el lugar de Carbayal se gira a la derecha y a escasos metros, enfrente de un antiguo “molín” reconvertido en pequeña casa, decidí coger una senda a la derecha de la carretera, al principio llana pero después de desviarnos por el primer camino que encontramos a mano izquierda se convierte en una empinada cuesta, que con alguna dificultad por las zarzas, tojos y helechos te conduce a La Mirandiella. Otra alternativa es seguir por la carretera hasta encontrar el acceso por asfalto y subir hasta las casas del mencionado lugar. Está indicado en el mapa.




   Desde aquí un sendero abierto y cómodo para el caminante, rodeado principalmente de eucaliptos con la presencia de algunos castaños, robles y otros caducifolios, supuestamente restos de algún bosque autóctono de épocas pasadas, donde podemos respirar aire puro y sentirte integrado plenamente con la propia naturaleza, hasta llegar al Sucu en Barredo, siguiendo el itinerario marcado. 



   Aquí encontramos buenas y cuidadas edificaciones, demostrando ese meritorio interés, trabajo y arraigo a su tierra de algunas personas por mantener nuestro espacio rural, a pesar del paso de los tiempos.


   Al llegar a la fuente, se retoma un pequeño tramo de la Ruta de los Palacios, de nuevo por la AS 233 y carretera de Vendón, hasta desviarnos por La Carril, llegando de nuevo a la iglesia de Santiago de Arlós cerrando así este itinerario circular, lo que te permite hacerlo en sentido contrario.


   Esta es un propuesta de 2 horas y media a 3 horas, a través de un conservado entorno natural con magníficas vistas y encantadoras estampas fotográficas, respirando frescura y aire puro, y contemplando hórreos, paneras y casonas con una arquitectura popular muy interesante de distintas épocas. 



6 comentarios:

  1. Arlos que bien se ve es precioso!!!

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    1. Esperando una actualización nueva,saludos y me encantan las fotos!!!

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  2. Sin lugar a dudas Arlós es una de las zonas más atractivas de LLanera. Personalmente, me encanta caleyar por esos caminos y contemplar sus fantásticas vistas. Un saludo

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  3. Genial tu blog, no tendrás tracks de las rutas verdad, un saludo.

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  4. Gracias por tu agradable comentario. Siento decirte que no dispongo de los tracks de las rutas publicadas en este blog. Lo único son los mapas que aparecen, conseguidos por Internet del Instituto Geográfico Nacional. Un saludo.

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  5. Gracias por las fotos y la información. Estoy confeccionando el árbol genealógico, ahora estoy desarrollando una rama en Arlós y me ha sido muy útil esta entrada. Enhorabuena.

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